Aunque las
ramas del mercado inmobiliario se mueven, las operaciones son fruta que todavía
está por madurar. Las recientes transacciones vinculadas al Sareb, a cajas
nacionalizadas o a entidades públicas son un botón de muestra que todavía no es
representativo del sector. Los indicadores así lo avalan. Los datos de junio
demuestran que la venta de viviendas cayó un 5,5% respecto al mismo mes del año
pasado y un 8,6% respecto a mayo, según los datos ofrecidos ayer por el
Instituto Nacional de Estadística (INE) con información de las ventas firmadas
recogidas por el Registro de la Propiedad.
En este
sentido, los inversores institucionales (grandes fondos) parecen ir por delante
del sentir generalizado del mercado. En cuestión de un par de semanas, HIG
Capital, Goldman Sachs, Blackstone, Burlington Loan, Kennedy Wilson y Varde
Partners han sido los últimos en adquirir activos o créditos inmobiliarios en
España. Sin embargo, su inminente desembarco, que bien puede ser considerado
como la segunda gran oleada de dinero internacional tras las primera remesa de
operaciones de sale and lease back de hace un par de años, dista mucho de
coincidir con la tendencia global.
El tamaño
de las operaciones protagonizadas por los fondos internacionales les permite
obtener mejores condiciones que la media existente en el mercado, tanto en
precio (descuentos por encima del 50% del valor nominal) como en la propia
estructura de la inversión (como ocurre con los FAB). En teoría, estas
transacciones están llamadas a abrir el camino de la reactivación del sector
inmobiliario, no tanto por las características de sus inversiones sino por el
inmediato proceso de desinversión que abordarán, con unas políticas de precios
más agresivas que las mantenidas por los antiguos propietarios.
Precisamente,
esa diferencia de precio es la que señala Ángel Serrano, director general de Negocio
de la consultora Aguirre Newman, como determinante para que se ajuste la
capacidad de compra de la demanda. En una entrevista publicada ayer lunes por
Cinco Días, el ejecutivo estima que el precio de la vivienda debe caer en
España entre un 20-25%, siempre que el “shock salarial” de los trabajadores
haya concluido. Y es que, aunque las malas noticias sobre nuestro país ya están
descontadas por parte del gran inversor, la clave está en que se el mercado se
reactive a nivel particular.
Y en el
mercado particular, los compradores de vivienda en España siguen presentando
ofertas a la baja sobre los precios del vendedor. Según datos del portal
inmobiliario Idealista.com, esta rebaja alcanzó un 23,9% de media en julio, mes
en el que se registraron más de 17.000 pujas por viviendas a la venta en la
web. Por provincias, la mayor diferencia está en Soria (-32,9%), mientras que
Zamora (-17%) registra la menor. En las principales capitales, Bilbao (-27,5%)
y Valencia (-25,9%) tienen ofertas más agresivas, mientras que Barcelona
(-23,8%) y Madrid (-22,9%) están en la media.
A pesar de
estos indicadores, hay voces que creen en la recuperación. Es el caso de
Fernando Moreno, director de banca comercial de Bankinter, que en una
entrevista a Expansión aseguraba ayer que “los precios empiezan a ser
apetecibles”. El ejecutivo del banco naranja confirma que su entidad tiene
previsto conceder más hipotecas en el último trimestre del año que en el mismo
trimestre de 2012. “El mercado inmobiliario se va a reactivar, tenemos buenas
previsiones y seremos más activos”. El tiempo demostrará si los argumentos de
los más optimistas son un simple ejercicio de voluntarismo.
Fuente: elConfidencial.com
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